lunes, 19 de mayo de 2008

Un día en el futuro...

Buenos días oyentes de radio Futuro. Es Viernes día 24 de Enero. Intentaremos que la siguiente canción os levante de la cama con ritmo:
" I can't get no satisfaction,
I can't get no satisfaction.
'Cause I try and I try and I try and I try.
I can't get no, I can't get no..."

No hay nada mejor para empezar el día que tu música favorita sonando en el despertador.

- ¡No, por favor, las persianas no!
- Sabes que tienes que levantarte, tienes que ir a trabajar.

Me levanto a regañadientes y le pido a SARAH que no ponga muy fría el agua de la ducha y que hoy me apetece café con churros para desayunar.

- Acabo de revisarte la tensión y está un poco alta, así que mejor, un zumo con un poco de fruta.

Nunca gano cuando discuto con ella. Me pego una ducha rápida, como una manzana y me bebo el zumo de naranja que me preparó. Termino de desayunar y ya tengo limpio el traje que me había manchado de vino anteayer en la cena. Me visto y me dispongo a marcharme al trabajo.

- ¿Encargo pizza para esta noche como todos los viernes?
- Sí, gracias, sabes que es uno de mis caprichos.

Llego al trabajo y me llaman por teléfono, es ella. Oigo la aspiradora de fondo, mientras me dice que han llegado las facturas del coche y de la PDA. Me comunica que las ha pagado y que quedan seis meses para pagar el coche. También me comenta que hay goteras y que va a avisar al fontanero. Antes de colgar me dice si como en casa o si reserva mesa en el restaurante “Carnetronic”.

- Haz la reserva, y pide que preparen paella para 5. Vienen algunos compañeros.

Después de la comida, vuelvo al despacho. Al salir del trabajo, cojo mi vehículo y me dirijo a casa.

- ¡Vaya! Justo ahora hay un atasco.

La culpa es de uno de esos coches clásicos que se tienen que conducir. Con lo fácil que es indicar el destino a los nuevos modelos. Llamo a SARAH y le pido que baje las persianas.

Dejo el coche en el garaje y SARAH ajusta la calefacción a la temperatura que mas me conviene. Me abre la puerta que comunica el garaje con la casa y me pone esa canción que tanto me gusta. La canturreo un poco mientras me cambio y cuando me siento en el sofá, me enciende la televisión. En la pantalla veo los últimos e-mails que he recibido y ella me sugiere ver la película del canal 89, ya que, como ella bien sabe, me encantan las películas futuristas.

Mientras veo la película, pone la mesa-carrito con la cena delante mía. Acabo de cenar, dejo los platos en la mesa-carrito y ella se encarga de lavarlos en el lavaplatos.

Me quedo dormido viendo la película, pero no pasa nada: sé que ella recordará en que parte de la película me quedé, y podré verla cuando me apetezca. Sube la temperatura para que no me coja el frío y recuesta el sofá para que pueda dormir cómodo.

Mañana será otro día, pero gracias a SARAH (Self Actuated Residential Automated Habitat) mi vida es mucho más cómoda. No podría vivir sin una casa inteligente.

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